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Santa Cruz 6/03/24. La élite cruceña, algunos dirigentes que ya no tienen base social, poses demagógicas de los tradicionales, ausencia de líderes con rostro de pueblo, el mismo discurso de siempre, las quejas repetidas en cada reunión o asamblea, las conclusiones etéreas, abstractas y las comisiones de seguimiento, que al final nunca funcionan.
El liderazgo de hombres y mujeres no se circunscribe a sólo 30 personas, cada una representando a su propio sector y abogaron, obviamente, por su sector.
En la llamada cumbre de líderes por la unidad de Santa Cruz no estuvieron los líderes del movimiento obrero-sindical, del movimiento campesino e indígena, de los interculturales, de los profesores del área rural y urbana, de estudiantes, de los escritores, de los vecinos aunque existen tres federaciones de juntas vecinales y cada una responde o al municipio, o al gobierno central o a su propio interés del dirigente de turno. Y otros liderazgos importantes que en los barrios marginales vienen construyendo la otra Santa Cruz.
Santa Cruz es el departamento más diverso en lo social, político, racial; pero en la cumbre de la unidad no estuvieron representados esa enorme y hermosa diversidad.
Entre sus conclusiones siete fueron para apoyar y destacar el modelo de desarrollo cruceño, por poco no dicen que los ladrones del Plan Cuotitas son unos santitos. “Perfeccionar el modelo cruceño en aras de su sostenibilidad, profundizar nuestro desarrollo sin descuidar el medio ambiente”.
Se equivocan cuando plantean bases y estrategias de una nueva relación de Santa Cruz con el Estado, olvidándose que Santa Cruz es parte del Estado boliviano y si están planteando esa nueva relación es mandar al carajo al Estado y crear otro. Es replantear la relación de Santa Cruz con el gobierno de turno.
Cuando entre los objetivos centrales de esta cumbre hubiera sido aunar todos los esfuerzos para el éxito del censo 2024, que es la base para la transformación sociodemográfica del país, se lo relega al punto 9) Aunar esfuerzos interinstitucionales, público- privados, para garantizar la realización del censo, de manera transparente, con la visión de hacer cumplir la norma, en sentido que sus resultados sean vinculantes para su aplicación económica y electoral antes de 2025.
Y no dijeron nada que faltan más de 14.000 censistas para la capital cruceña y ni uno de los presentes se anotó como voluntario.
Mejor está subir a la cumbre del cerro Sararenda, que las conclusiones de esta mini cumbre cruceñista.
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(*) Periodista, Lic. en Filosofía
Bolivia en México 